El fondo mundial para la diversidad de los cultivos y el gobierno de Noruega ha puesto en marcha el mayor banco de recursos agrarios del mundo que tiene capacidad de alberge hasta de 2.000 millones de semillas.
Alrededor de 100 millones de semillas de 104 variedades de semillas de arroz han sido entregadas, selladas y guardadas en cámaras herméticas a -18°C.
El Búnquer, como ha sido denominada la Bóveda Global de semillas también es conocida como el Arca de Noe vegetal, se encuentra en una pequeña isla situada a 1.000km del Polo Norte llamada Svalbard donde no se pueden producir movimientos sísmicos y la temperatura no supera a los 0°C. Esta bóveda tiene la capacidad de resistir ataques de misiles y accione meteorológicas.
La construcción de la bóveda a costado alrededor de 6.4 millones de euros y consiste en un túnel de 125m excavados en el interior de una roca en el cual al final se encuentran tres cámaras acorazadas para guardar las semillas.
La Bóveda viene a poner colofón a un proyecto que nació hace tres décadas, cuando genetistas reunidos por la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) comenzaron a discutir sobre la necesidad de un banco genético que protegiera a las semillas del control creciente por parte de las multinacionales. Un genetista ruso de nombre Vavilov había sido el primero en crear uno de estos almacenes, en San Petersburgo, hace más de un siglo. Aquella colección se salvó de la II Guerra Mundial, pero no de Stalin y sus purgas. Las semillas se perdieron, abandonadas y almacenadas en botellas de Pepsi o vodka.
No fue hasta los años setenta, en plena Revolución Verde, cuando los fitogenetistas observaron con preocupación la pérdida de biodiversidad, la erosión genética de los cultivos del planeta. La propia ONU corrió al rescate y, literalmente, fueron recolectadas cientos de miles de muestras hasta los años ochenta. El problema fue crear bancos donde almacenarlas. Bajas temperaturas y baja humedad son requisitos indispensables. Los bancos se habilitaron, pero con el paso del tiempo se encontraban con las puertas abiertas, encharcados o refrigerando más cervezas que semillas. Es más, en los ochenta, en el banco nacional canadiense, uno de los más importantes por su colección, se depositaban cajas con semillas en los pasillos en mitad del ir y venir de los ratones.
Este proyecto ya ejecutado es un gran logro dentro de la evolución y la preservación de las especies y en gran parte de la humanidad ya que esta depende de los alimentos que la tierra genere y más ahora con los cambios tan bruscos que estamos viviendo por los cambios climáticos, sequías, plagas y otros factores que influyen en las producción.