Ecuador es actualmente el sitio de lo que expertos reconocen como el peor desastre petrolero del mundo, ahora llamado “el Chernobyl de la Amazonía,” por una contaminación desastrosa dejada por la transnacional Texaco (ahora Chevron). Desde el año 1964 hasta 1992, la compañía petrolera transnacional construyó y operó pozos y estaciones de producción petrolera en la región norte de Amazonía Ecuatoriana. Pero eso no fue todo lo que la empresa construyó si no más bien el principio de lo que esta empresa destruyó en nuestros bosques.
Miles de hectáreas de selva irrecuperables a corto plazo y cuya destrucción ocasionó la pérdida de suelos fértiles miles de animales muertos y enfermedades crónicas en niños, mujeres y ancianos.
Cuando llegó Texaco a esta región, se le concedió un territorio de alrededor de 1.500.000 hectáreas de selva pura donde vivían varias comunidades indígenas con sus costumbres ancestrales en armonía con la naturaleza. El peor desastre petrolero del mundo.
Hoy en día, docenas de comunidades siguen sufriendo las consecuencias de la contaminación que ha afectado su salud, elevando sustancialmente las tasas de cáncer en la zona, los problemas reproductivos y defectos de nacimiento. Varias comunidades indígenas de la zona han tenido que abandonar sus hogares tradicionales. Texaco contaminó una amplia zona del territorio nacional, botando desechos tóxicos y aguas de formación (desechos de aguas del proceso de explotación petrolero) de altamente toxicas en esteros y ríos además de la construcción de piscinas obsoletas y permeables que siguen contaminando las aguas subterráneas y la atmósfera. Estos ríos y esteros son utilizados por más de 30.000 personas como fuentes de agua de consumo, cocina, aseo personal, riego, y pesca.
La explotación petrolera en el norte de la Amazonía ecuatoriana es responsable de la deforestación de 2 millones de hectáreas. Más de 650.000 barriles de crudo han sido derramados en bosques, ríos y esteros. Esto ha sido un cambió tan drástico para la naturaleza que ha incrementado los problemas ambientales y sociales de las comunidades violando el principio de recolección sostenible y de irreversibilidad cero.
Miles de hectáreas de selva irrecuperables a corto plazo y cuya destrucción ocasionó la pérdida de suelos fértiles miles de animales muertos y enfermedades crónicas en niños, mujeres y ancianos.
Cuando llegó Texaco a esta región, se le concedió un territorio de alrededor de 1.500.000 hectáreas de selva pura donde vivían varias comunidades indígenas con sus costumbres ancestrales en armonía con la naturaleza. El peor desastre petrolero del mundo.
Hoy en día, docenas de comunidades siguen sufriendo las consecuencias de la contaminación que ha afectado su salud, elevando sustancialmente las tasas de cáncer en la zona, los problemas reproductivos y defectos de nacimiento. Varias comunidades indígenas de la zona han tenido que abandonar sus hogares tradicionales. Texaco contaminó una amplia zona del territorio nacional, botando desechos tóxicos y aguas de formación (desechos de aguas del proceso de explotación petrolero) de altamente toxicas en esteros y ríos además de la construcción de piscinas obsoletas y permeables que siguen contaminando las aguas subterráneas y la atmósfera. Estos ríos y esteros son utilizados por más de 30.000 personas como fuentes de agua de consumo, cocina, aseo personal, riego, y pesca.
La explotación petrolera en el norte de la Amazonía ecuatoriana es responsable de la deforestación de 2 millones de hectáreas. Más de 650.000 barriles de crudo han sido derramados en bosques, ríos y esteros. Esto ha sido un cambió tan drástico para la naturaleza que ha incrementado los problemas ambientales y sociales de las comunidades violando el principio de recolección sostenible y de irreversibilidad cero.
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